El pasado 2 de agosto, el equipo de Ática participó en una formación impartida por el Centro Albea, un equipo compuesto por 30 psicólogas especializadas en el tratamiento y prevención de distintas patologías psicológicas y trastornos emocionales.
Cristina Urio y Oihane Ibáñez, fueron las encargadas de enseñarnos cómo mejorar nuestro bienestar psicológico, reducir el estrés laboral y abordar los problemas emocionales asociados al ámbito laboral.
Comenzaron el curso explicándonos qué es el estrés. Lo entienden como un estado de tensión física y emocional originado por un estímulo o presión. Es un estado de defensa que ayuda al organismo a reaccionar y adaptarse a las diferentes situaciones. Cuando éste permanece en el tiempo y es prolongado puede ser muy dañino para nosotros. El organismo está en un continuo “estado de alerta máxima”, que puede herirnos física, emocional y mentalmente.
Algunos de los síntomas pueden ser dolor de cabeza, náuseas, cambios de conducta, cansancio prolongado, mala memoria, etc. Para evaluar nuestro estrés percibido, nos entregaron un cuestionario de 14 preguntas con 5 opciones. Tras sumar el resultado, se obtiene un número que indica el nivel de estrés. La procrastinación, el desorden, el uso abusivo del teléfono móvil, el sedentarismo o la cafeína son algunos de los factores que empeoran nuestro estrés.
Para afrontar unos niveles elevados de estrés se recurre a la regulación emocional, que consta de unas técnicas determinadas para relajar la mente y cuerpo. Nos enseñaron a transportarnos a un lugar en el que nos hayamos sentido tranquilos y felices, lo llamaron el lugar en calma. Sólo tienes que imaginarte en él y sentir todo lo que te rodea, los sonidos, los olores de tu lugar ideal.
Para realizar una correcta respiración debes estar totalmente cómodo, centrarte en los distintos sonidos y en la propia respiración. Hay que sentir cómo se mueve la tripa cuando entra y sale el aire. La técnica se basa en inspirar por la nariz durante 4 segundos, retener el aire 3 segundos y expirar por la boca durante otros 4 segundos. Repitiendo esto durante 5 minutos al día, mejoras tu estabilidad emocional.
Por último, nos hablaron de los estilos de comunicación. Diferenciaron entre estilo pasivo, asertivo y agresivo. La asertividad es el mejor de ellos y el más equilibrado. Algunos de sus beneficios son reducir el estrés laboral, mejora las relaciones entre los distintos miembros, facilita el alcance de metas y reduce la conflictividad laboral. Este tipo de comunicación une lo que uno quiere con lo que quieren los demás.
Para poner en práctica estos estilos, algunos de nuestros compañeros tuvieron que convertirse en actores y representar situaciones de la vida cotidiana en donde se puede ser pasivo, asertivo o agresivo. Algunas de las claves para lograr la efectividad interpersonal son: claridad (mensaje claro y sencillo), confianza en ti mismo y control + anticipación.
Terminamos el curso evaluando algunas situaciones en las que existen diferentes roles y cómo se deben afrontar las situaciones, siendo una persona asertiva. Sin duda, la formación en inteligencia emocional es de vital importancia para mejorar el bienestar individual y colectivo tanto dentro como fuera del trabajo. Empezar a saber cuál o cuáles son las razones por las que sufres estrés es empezar a combatirlo.
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